Un grupo de niños y niñas de la Residencia Familiar Padre Mariano, dependiente del Servicio Mejor Niñez, llegaron el vienes 13 de mayo hasta el Aeródromo Municipal de Vitacura para cumplir su sueño de volar por primera vez y conocer la capital desde una perspectiva aérea.
A su llegada, y cumpliendo todas las medidas sanitarias preventivas contra el Covid, como la distancia adecuada y el uso de mascarillas, los esperaba un helicóptero posado en la pista del recinto, aparato en el que salieron a recorrer el sector nororiente de la ciudad, en un vuelo demostrativo de 25 minutos, que se realizó en dos tandas, y desde donde pudieron observar distintas postales de la Región Metropolitana, como el Cerro San Cristóbal y su teleférico, el edificio Costanera Center, el Río Mapocho, la majestuosa Cordillera de los Andes de fondo, y el mismo Aeródromo.
Una vez que ambos grupos de niños realizaron el paseo aéreo, los esperaba un rico chocolate caliente y una merienda, que pudieron disfrutar mientras compartían sus impresiones de la inolvidable experiencia que vivieron, en una mañana cargada de emoción.
Se trata de una iniciativa que viene desarrollando el Aeródromo Municipal de Vitacura junto a la Municipalidad de Vitacura, desde hace casi cinco años, y donde han cumplido su sueño de volar más de 500 menores de distintas instituciones, entre ellas, el Sename, Aldeas SOS, niños que viven en campamentos de Santiago, y menores del Programa Quiero Mi Barrio.
El Administrador del Aeródromo, Arturo Diez, afirmó que “se trata de un programa que ha adquirido un gran valor social, por el efecto positivo que provoca en los niños y niñas que cumplen este anhelo, y que ha llevado a que distintas nuevas instituciones se nos acerquen para ser parte de él, lo cual nos tiene muy contentos y motivados de seguir ampliando su alcance y consolidarlo en el tiempo”.
Los adultos que acompañaron a los niños de esta residencia familiar, también tuvieron la posibilidad de volar en helicóptero y experimentar la misma sensación de volar la ciudad en una aeronave de este tipo.
Arturo Diez agrega que ahora que la pandemia ha retrocedido, “hemos podido retomar esta actividad, con una programación que nos permita realizarla una vez al mes durante todo lo que queda del año, como parte de la política institucional del Aeródromo de aportar a la comunidad desde la pasión que tenemos por la aviación; y en este caso, ofrecer un momento de felicidad a los niños en nuestro espíritu de volar con sentido”.